Echando un poco la vista hacia atrás, nada menos que a un año atrás, me recuerdo, al borde de un ataque de nervios. Era todavía verano (no para otros lugares del mundo como este por ejemplo), una puta noche de insomnio como tantas otras de aquella época, y ciertas ideas martilleándome por dentro.
Estaba al borde del precipicio, apunto de dar un salto del que, como se ha comprobado extensisimamente no me arrepiento en lo más mínimo. Apunto de dar el frenazo a la que hasta aquel momento decía llamarse mi realidad. Y me recuerdo con tantas ansias de comerme este año con patatas, con tantas ganas de empezar de cero, de olvidar momentos e ideas feas y llenar mi realidad de otros mundos....
Tal día como hoy, hace 365 días me encontraba apunto de decir adiós a lo que yo me empeñaba en resucitar, algo que me costó muchísimo asumir, pero que en aquel momento pesaba más mi amor propio y lo poquito que me quedaba me ayudó a tirar.
Mañana, (hace 366 días) hará un año que me topé sin muros ni excusas contigo, un año ya desde aquella noche sumergidos en la música, bañados por las horas del insomnio más dulce, acompañados por la única luz de una vela. Hará un año que me topé con tus ojicos tristes sin gafas al otro lado de mi cara. Un año de aquellos poquitos días juntos que no olvidaré jamás.
Pasado mañana serán 367 días del principio de aquel guetto cinco estrellas, en el cual perdí por primera vez a tu lado la consciencia del tiempo, de las cantidades, de las horas de lo "normal", del deber, la vergüenza y las conductas autodestructivas de mis entretelas. No te imaginas la huella que dejaron en mí aquellos días, no puedo expresar lo que has hecho. No podría agradecerte bastante lo que ha significado para mí tu presencia díaria en mis pensamientos, no podría explicarte mínimamente lo acompañada que me has hecho sentir durante este año, aún estando a mil y pico km. No podría decirte y explicar con la total complejidad, lo que me haces sentir, lo mucho que te quiero. Pero lo mejor de todo es que no hace falta que lo haga, porque ya lo sabes.
Y es que un año que empezaba así no podía hacer otra cosa que continuar colosalmente bien y terminar gloriosa e increiblemente pegado a mí. Porque sí, podría contar este año a partir del 14 de octubre de 2009, cuando salté hasta este otro mundo, pero no, mi año nuevo lo comencé a partir de mañana, 5 de octubre.
Y yo nunca he sido una persona de contar los días, ni recordar en exceso las fechas, más bien me caracterizo por ser bastante desmemoriada en este aspecto. Pero este año, no podía otra cosa que recordarlo. Porque me atrevería a titularlo como el mejor año de mi vida. Así sin miedo y sin frío.
El día 14 de octubre, serán 365 días que me subí a aquel avión, cagá de miedo. Después de dar vueltas y más vueltas por la maldita t4 de Madrid. 356 días, que pisé por primera vez Italia, que sumergí los ojos en el infinito verde toscano, que las colinas se abrían a mi paso y me recogían suavemente. 365 días que ví por primera vez a mis chiquis, 365 días desde que me inundé los oídos de italiano, 365 días desde que abrí por la primera página este libro que he ido escribiendo día a día.
Y es curioso, como precisamente el día que festejamos mi despedida, el martes que viene 12 de octubre, llega la nueva voluntaria de los discas. Una chica alemana, solo se que se llama Josephine. Solo espero que aproveche como yo he aprovechado a nuestros ragazzi, que se llene los ojos y los bolsillos de besos para repartirlos en los días grises con ellos. Y que los quiera y cuide al menos la mitad de lo que yo lo hago todavía.
En cierto modo me da envidia, porque me recuerda a mí misma, me recuerda que hace un año era yo la nueva que llegaba, era yo la extranjera que compartiría con ellos un año de sus vidas. Si me dijeran mañana que podría volver a hacerlo, no cambiaría ni una sola coma de esta historia. Bueno, quizá el hecho de que solo compartiera este ojete toscano con Pinar por seis meses...
Pero en fin, hoy día de preludios, de preparativos, noto como a la arena de este inmenso reloj de arena de un año le quedan poquitos granos, que estos caen rapidísimo, que me queda tan poco aquí....Y si, señores se ha abierto la veda de esta ploramiques. Pero a diferencia de otras veces, esta, lloro de inmensa alegría, de felicidad absoluta y gratitud por este grandísimo año de crecimiento. Y si, apartir del 5 de octubre.
