lunedì 14 dicembre 2009

Fin de semana toscano y olé (Per benino eeee?)





Queridos míos, esta actualización es únicamente para dar envidia...jajajjajajaja

Que nooo hombreee...no soy tan mala! (o quizá si..muajajajja)
Rompiendo un poco la tónica general de post declaratorios de intenciones y reflexiones varias...esta es la crónica de mi fin de semana.
Dado que si no lo hago ahora que está reciente no creo que lo haga (es lo que tiene tener la mente diseñada en espiral (Hermanaaaaaaaaa!!!!)) que una se olvida de las cosicas más recientes para irse por otros derroteros.
Pues eso, este fin de semana he estado y pateado en Lucca y en Collodi, ambos lugares preciosos e increibles de esta mi segunda casa la Toscana.


Todo comenzó en el momento en el cual, viernes por la tarde 8:00 zulú Pinar y yo nos encontrábamos en la puerta de nuestra querídisima y amantísima Coop (el super más baratero de Borgo). Decidimos comprar la cena y Whürer(ya haré una presentación en sociedad de nuestra amantísima Whürer) necesarias para atrincherarnos en Mansarda (Mansarda bastarda, su hogar en el Villagio la Brocchi)
Planeamos escaparnos a Lucca el sábado y el domingo pasarlo en Collodi (pueblo natal del escritor de Pinocchio del cual tomó su pseudónimo).


Al llegar a Mansarda, buceamos un poco por couchsurfing, a la espera de encontrar algun alma cándida que nos acogiese en Lucca y nos diera una agradable charla compatible con nuestro "nonsense language". Nos topamos con Stefano, hippy cuarentón retirado que vive a 15 km. de Lucca, en lo alto de una montaña a dos km. de una aldea...total un sujeto digno de nuestra noche. Y prontico a la cama, que el sábado pretendíamos pillar el primer tren a Florencia (y digo pretendíamos).



A las tan agradables 6:30 sonó la sveglia, y tras el riguroso café inicial nos encaminamos a lomos de Eva y Fudas per benino (nuestras bicis) hacia la estación de tren de Borgo. Vistas increibles del valle despertando, bay de güey. Al llegar compramos los billetacos y nos tomamos con toda la tranquilidad del mundo sendos capucchinos en la cafetería de la estación. Pensando que el tren esperaría, que teníamos tiempo, que podíamos arreglar el unvierso en dos minutos o menos....
Pero, Oh! Dddddddio miiiiiiiio, el tren voló, por lo que nos precipitamos a un banco a rajarnos de la risa de nuestra mala suerte. (La gente nos miraba raro pensando que iríamos drogadas o algo por el estilo).
Tras este pequeño incidente conseguimos pillar el siguiente tren a Florencia, y una vez allí nos tocó liarla parda un poco en la estación de Santa María Novella....como manda la tradición.
No solo pretendimos colarnos en un tren que no era, sino que volvimos loco a un pobre mendigo que nos pidió dinero.....al final acabó pirandose mirándonos raro y todo.....(como se puede dar la vuelta a la tortilla...jajjajaj) Tomamos el sol en la plaza de enfrente de Santa María y, subimos al tren en el cual nos hicimos un pequeño picnic a base de pizza fría y Whürer. Y llegamos a Lucca.



Una vez en Lucca la liamos parda en nuestra linea, mientras disfrutabamos del lugar. Es un sitio precioso, os lo aseguro, digno de ver. A las 5:30 nos recogió un amigo de Stefano el hippy agricultor y nos fuimos con él rumbo a las montañas...........
Stefano era raro de cojones, pero este tipo de rarunez agradable, y su amigo Antonio era peor que una caja bombas...jajajaja. Ellos y Pinar se llevaron mi virginidad como couchsurfer! jajajja.
Nos dío una clase de cocina italiana,(pesando la pasta con balanza y todo, y midiendo los mililitros exactos de agua....sisi) Después disfrutamos de la agradable cena con vinito de la zona, cervezuelas varias y la alegría de la chimenea dandonos luz y calor a partes iguales. Charla estrambótica acerca del universo, las pirámides, Kefrén, su puta madre, Vaffanculos variados y la Divina Comedia...jajajaj.
Pinar y yo dormimos enfrente de la chimenea....con el viento azotando fuera y tapadas hasta las orejas.



El domingo por la mañana nos despertamos con el sonido de las campanas de la Iglesia milenaria de la aldea retumbar contra las montañas...y el sonido de los pajaros. Café fuertecico con pastas al sol...y rumbo a Lucca again. Stefano se portó genial y nos acercó a la estación.
Pillamos el bus y nos acercamos a Collodi (El pueblo de Pinocchio) donde, nos convertimos en niñas otra vez recorriendo el parque de Pinocchio y arreglando el mundo a partes iguales.....
Por la tarde-noche trenecido a Florencia y otro a Borgo e finita la comedia. (como diría Antonio)



Una vez en Borgo, nos despedimos en la calle principal y rumbo a San Carlo, mi hogar again...

Y sin más puedo decir que me encanta vivir aquí. Que me parece potra divina haber encontrado a Pinar, que el mundo puede ser maravilloso...y que sono felice!

P.S: Y si, no me importó lo más minimo que me despertaras dos veces mientras dormía...escuchar tu voz siempre es un regalo!

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miauuu